Casas Grandes, Chihuahua, México
Por: Elías Ramos de Expediciones Paquimé y Alrededores
636-536-7215
expedicionespaquime@gmail.com
¡Ups! ya hubo el primer resbalón al cruzar el Rio sobre las
piedras y alguien cae al agua, algunos se ríen, quien cae, se levanta con una sonrisa
y dice “sin percances no hay aventura”.
El recorrido del sábado 26 de abril de 2014, es empezar a
caminar justo debajo del Puente de Stevens y terminar en el Puente de Ejido
Ignacio Zaragoza, mejor conocido como “El Willy”. Tan solo son 12 kms, así que
no hay mucha exigencia física. La principal intención es disfrutar, por lo que
no ibamos rápido.
![]() |
Foto cortesía de Tillo. |
El grupo lo componemos, primero las bellas damas: Adriana
Palomino, Elia Renova y su hija Marijo; y por parte de los feos caballeros:
Ismael Romero, Mauricio Varela, José Carlos González, Víctor Ramos y su
servilleta, Elías Ramos.
Cuando íbamos por la carretera rumbo al Puente de Stevens, vimos un hermoso ejemplar de guajolote silvestre macho, bastante grande. Llegamos al puente y damos una última revisada a nuestras mochilas, si alguien quiere arrepentirse de caminar, hable ahora o calle para siempre.
La hora de reunión en Nuevo Casas Grandes, fue a las 6:30
am y empezamos a caminar a las 7:45 am, bastante fresca la mañana. Iniciando el
recorrido nos detuvimos brevemente para observar un sitio con petrograbados
estilo Paquimeíta.
Me da tristeza ver, que la pared ya está toda
graffiteada, hace un par de años no lo estaba. El fácil acceso por carretera y
la falta de cultura, ha contribuido el daño a este bello sitio.
Continuamos nuestro recorrido, al parecer María José nos
quiere presumir que ha estado caminando 4 km diariamente, pues va a la
delantera con paso bastante rápido.
Bastantes aves se escuchan y se ven, más que en otras
ocasiones, creo que se debe a que el año pasado llovió bastante y propició a
que hubiera más alimento para ellas, por lo tanto mayor índice de
sobrevivencia. El hermoso “Chuin” (Mexican Jay o Chara de Pecho Gris) de color azulado
se mira por doquier.
Admiramos los
caprichos de la naturaleza, como el agua y el viento han hecho figuras en la
roca al erosionarla.
Ante nuestra vista, están las primeras casas en
acantilado que encontramos en nuestro recorrido, lugar donde vivieron los
Paquimeítas entre el 700 y 1500 DC. Se ven parte de las paredes en la base del
peñasco. ¿las pueden ver?
Nos encontramos con el segundo rancho, aunque no pasamos
tan cerca como para ver si había gente. Un lugar muy bonito, sin duda se antoja
para regresar y pedir permiso para acampar ahí.
Ya traemos hambre, así que decidimos hacer una parada
técnica para almorzar. En esta ocasión llevo gorditas de horno amasadas con
leche agria ¿las han probado?, también algunas piezas de pan casero de
levadura. Todos nos ofrecemos mutuamente de lo que llevamos e intercambiamos
comida ¿Trueque como el que hacían los indígenas? Terminamos de almorzar, se
antoja una siesta, pero hay que seguir.
Apenas empezamos a caminar cuando un toro poco amigable
está impidiendo nuestro camino, comienzo a arrimarme con la esperanza de que
siga su camino, pero no, permanece allí. Solo se nos queda mirando, tras de mí
pasan los demás y el toro ni se movió, aunque pasamos como a tres metros de
distancia de el. Justo cuando Tillo pasaba, intentó tomar una foto, el toro
hizo un movimiento de cabeza de manera retadora, con buen temple, Ismael
continuó caminando tranquilo sin hacer movimientos bruscos.
Escuche el inigualable “gordo gordo gordo” de un
guajolote, y bastante cerca de mí. Me voy caminando lento hacia el lugar de
donde creí escuchar el sonido, cuando sale una cocona huyendo rápidamente
de unos cuantos brincos.

Tillo dice que la entrada parece un corazón. El amor, el
amor…
A la entrada, del lado derecho, está un mortero, pequeño
orificio donde los antiguos molían parte de sus alimentos, como el maíz.
Nos despedimos de la cueva y nos damos cuenta que estamos
ya muy cerca de la famosa Cueva de la Olla ¡ya hemos recorrido 8 kms! que
rápido se pasó la mañana.
A nuestro lado derecho, esta un arroyo acantilado,
decidimos entrar a dar una inspeccionada. Hermoso está este paraje
José Carlos ve una ardilla que está en una cueva, para
salir tiene que pasar por donde estamos, Tillo aprovecha y le toma una serie de
fotografías. La ardilla resulta ser toda una modelo coqueta, pues lejos de
asustarse y salir huyendo, posa para el fotógrafo, se mueve de un lugar a otro
lentamente y vuelve a posar, en lo que anduvimos allí, ella estuvo
prácticamente muy cerca observándonos, todo un espectáculo apreciarla.
Continuamos por el pequeño cañón, y al subir un cuesta queda frente a nosotros
la Cueva de la Olla.
Aprovecho el lugar donde estamos, para tomar de cerca una
fotografía a la “piedra del águila”.

Descendemos hasta el Río nuevamente, y aviso al grupo que
voy a la caseta de vigilancia del INAH en la Cueva de la Olla, para ver si esta
mi hermano. Víctor, no nos acompañó en el recorrido a pie, él nos esperó con la
camioneta en la Cueva de la Olla, por si alguien del grupo a pie se sentía muy
exhausto, allí tenía la posibilidad de abordar la camioneta. Platico un momento
con Ramiro, uno de los guardias vigilantes de la zona arqueológica, me dice que
en estos días pasados de semana santa, tuvieron una afluencia de unas 2500
personas entre el jueves y sábado. Poco menos de la mitad de lo que tuvieron en
2013, que fue de 6000 aproximadamente. Apunto mi nombre en la libreta de
visitantes y la cantidad de acompañantes, el reloj marca las 11:50 am. Voy con
Víctor, y le aviso que continúe hasta el puente del Willy, pues todos quisieron
terminar el recorrido caminando.
Aprovechamos que estamos en la Cueva de la Olla, para
visitar otras cuevas que algunos no conocen, como lo son la Cueva de la
Golondrina con pintura rupestre de color blanco, mismas que dibujó Carl Lumholtz en
sus apuntes, a finales de 1800; y la Cueva del Zorrillo que tiene una de las
casas más conservadas del Valle de las Cuevas.
Rumbo a la Cueva del Zorrillo, por el arroyo se puede
apreciar los gaviones o trincheras que hacían los Paquimeítas con la finalidad
de que el agua descendiera más lentamente, y así, se filtrara al subsuelo,
aprovechándola más eficientemente.
![]() |
Arroyo con gaviones o trincheras |
![]() |
Cueva del Zorrillo |
Ya solo nos faltan los últimos 4 kms del recorrido, nos
entretuvimos bastante visitando las cuevas aledañas a la Cueva de la Olla.
![]() |
Cueva vecina de la Cueva de las Golondrinas |
A unos 500 mts al norte de donde desemboca el arroyo de
la Cueva del Zorrillo, están unos manantiales, unos “lloraderitos” de agua
entre un zacatal, algunos aprovecharon para tomar de esa riquísima agua.
Teníamos la intención de explorar un lugar denominado
“Cañon del Diablo”, donde también hay cuevas con casas en acantilado, sin
embargo se nos paso el lugar de entrada. Por lo que dejaremos pendiente esa
explorada para la próxima.
Ya esta cercano el puente del Willy, mi hermano sale a
nuestro encuentro, damos la última curva del Río y, vemos el puente y la
camioneta que nos esperan.
Hemos llegado al final de nuestro recorrido, no sin
antes tomarnos la foto del recuerdo y como ya nos dio hambre de nuevo, ¡a
comer!
![]() |
De izquierda a derecha: Elia, María José, José Carlos, Ismael, Mauricio, Adriana, Yo (Elías) y Victor |
Camino a Nuevo Casas Grandes, aún por terracería vemos un
grupo de por lo menos 12 guajolotas, nada mejor para despida de nuestro día en
la sierra, siendo las 4:30 pm aprox.