viernes, 20 de junio de 2014

RODADA A CUEVA DE LA OLLA 14/junio/2014

RODADA A CUEVA DE LA OLLA

Hace poco más de una semana, conocí a Diana Balderrama la nueva coordinadora en Nuevo Casas Grandes de Ezer La Casa del Voluntario; una de sus pasiones es el ciclismo y me invitó a un evento que tendrían el sábado 14 de junio de 2014. Me apasiona la aventura, pero la bicicleta casi nunca la utilizo, ni para ir a la tienda.
El recorrido empezaría en la Estación del Ferrocarril en Nuevo Casas Grandes y culminaría en la Cueva de La Olla. Serían más de 80 kms, incluyendo subir la cuesta del Caracol.
 Un par de días antes del evento, lleve mi bicicleta al taller para que estuviera en condiciones de soportar por lo menos la mitad del recorrido ¿y yo soportaría?

 Buena pregunta, el viernes hice una prueba, desde Nuevo Casas Grandes fui a Madero y regresé sintiéndome bastante bien. Así que considere, que si podía aguantar la mitad del recorrido a Cueva de La Olla.

A las seis de la mañana se dieron cita los ciclistas que harían el recorrido completo desde Nuevo Casas Grandes a Cueva de la Olla, fui a tomarles fotografías y despedirlos. Yo empezaría arriba del Caracol, digo, para dos días que tenía de ciclista, eso es mucho.



El grupo, salió a las 6:30 am aproximadamente. Aproveché la mañana para hacer los últimos preparativos, pues nos quedaríamos a acampar allá y regresar el domingo.
Carlos Carrillo, alfarero de Mata Ortiz y auxiliar en el Departamento de Cultura y Turismo de Casas Grandes fue a documentar el recorrido en fotografía, aproveche y me fui con él hasta arriba del Caracol. A las 10:00 am alcanzamos al grupo, quienes iban subiendo las pesadísimas Cuestas del Caracol.





Kilómetros más adelante, se detuvieron un momento a descansar y a esperar a quienes venían más atrás.

 Fue aquí donde me uní al grupo para empezar a pedalear. Antes de partir, hay que tomarnos la foto del recuerdo.

Es una gran experiencia poder pedalear en lugares tan maravillosos, ir disfrutando del aroma del bosque y de la camaradería de los ciclistas.

Apenas si había avanzado unos cuantos kilómetros, cuando empiezan las primeras subidas y subo la primera, y subo la segunda, y no sé cuantas más, pero rápido se me agotaron las fuerzas de las piernas, hasta que sin más remedio tuve que bajarme de la bici a subir caminando. Momento de dejar el pavimento y seguirle por terracería, también pura subida, pues sigo caminando ¿Qué más? Bien dice el dicho “más vale paso que dure y no trote que canse”, así que continúo caminando, no hay prisa por llegar, aún quedan muchas horas de luz de día.



Carlos Carrillo, me había comentado que tenía la intención de pedalear un rato, así que como buen amigo, le cedo un rato la bicicleta. Sube un poco más la cuesta y empieza la bajada, la cual llega hasta el Puente en Ejido Ignacio Zaragoza o el Willy, como mejor es conocido.
Cuando llegamos al puente, ya los demás ciclistas tenían buen rato allí, incluso hasta se andaban refrescando en el agua del Río Piedras Verdes.
Allí en el puente vuelvo a agarrar la bicicleta y llegar a la Cueva de la Olla; cuando por fin llegamos, ya los demás ciclistas estaban preparando la comida, buscando lugar para acampar e instalando sus casas de campaña.




Carlos y yo, ya traíamos bastante hambre, decidimos abrir una sardina, con eso tuvimos para los dos. Carlos tenía un compromiso el domingo, así que se perdió de la oportunidad de acampar.
Cerca de las 5 pm llega el último grupo de ciclistas, quienes llegaron en automóvil debido a que no pudieron acompañarnos más temprano por cuestiones laborales.
Gran ambiente se vivió, luego de la comida, a explorar un rato por El Valle de Las Cuevas. Visitar la Cueva de la Olla, solo es el principio, pues allí cerca esta la Cueva de la Golondrina, La Cueva del Zorrillo y la del Rincón por mencionar algunas.
Empezó a esconderse el sol, al ponerse más fresco el clima, no falto quienes nos arrimáramos a la fogata. Por doquier se escuchaban platicas de muy variados temas, desde carreras en puerta hasta aventuras de eventos pasados. Poco a poco, el cansancio empezó a cobrar factura, y uno a uno fueron retirándose a sus respectivas casitas a descansar. Al final solo quedábamos cuatro personas alrededor de la lumbre, yéndose los últimos dos, procedimos a armar nuestro dormitorio. Como no traíamos casa de acampar, nos quedamos al aire libre, a un lado de la fogata. Primero coloque un plástico grueso en el suelo, luego arriba nuestras bolsas de dormir. Casi cada hora me levanté a atizarle a la lumbre para que no se fuera a apagar, me quedaba un rato sentado escuchando los sonidos nocturnos del lugar, la luna iluminaba bastante y me daba la posibilidad de ver entre los pinos.
La última vez que me levanté en la noche fue como a las 4:30 am, en ese momento la orquesta de aves parecía que estaban ensayando, pues se escuchaban muy diversos y bellos trinares. En cuanto empezó a clarear la mañana, nos levantamos y caminamos un rato. Cuando regresamos de caminar, ya estaban almorzando los demás y nos unimos al festín.
Después de desayunar, un pequeño grupo fue a revisar unos anzuelos que habían dejado la noche anterior en las partes más honditas  del Río. Grande fue la sorpresa, al percatarse que si había algunos “peces pescados”, el recorrido para revisar los anzuelos fue en bicicleta, esto incluía cruzar varias veces el Río, lo cual requiere de cierta habilidad. Todos los que íbamos, en más de una ocasión tuvimos que bajar por lo menos un pie al agua.
En uno de los cruces, de repente se nos desapareció Diana, al voltear hacia atrás, ella estaba haciendo “angelitos” en el agua y a risa y risa ¡se había caído!.
El agua le ayudó a amortiguar la caída, así que no fue nada de qué preocuparse. Continuamos revisando los demás anzuelos, en los cuales encontramos mas pescados.

Regresamos de nuevo a donde estaba el grupo principal, y de allí nos fuimos Río abajo, ya la mayoría reunidos allí, aprovechamos para tomar agua de un manantial, fresca y riquísima.

Entre la Cueva del Zorrillo y El Manantial Lloraderitos, hay una pequeña rinconada en el Río donde la profundidad es ideal para meterse, así lo hicieron la mayoría.
Después de disfrutar del agua por un buen rato, es hora de partir de regreso, no quisiéramos, pero algunos vienen de Juárez y de Buenaventura, por lo que deben retirarse temprano.
Por mi parte, aprovecho que todos se fueron, para darme un baño que ya lo requiero urgentemente.
Es momento de decirle un ¡hasta pronto! A la Cueva de la Olla.


Algunos de los ciclistas locales, deciden quedarse hasta más tarde.
Yo me retiro con el grupo de Juárez, no sin antes tomarnos la foto del recuerdo en el Caracol.
Espero pronto estar en otro recorrido similar, pero ahora si, ya tendré más condición, pues pienso seguir pedaleando.

Selfie!!!


¡Hasta pronto!

Elías Ramos

lunes, 28 de abril de 2014

Recorrido por el Río Piedras Verdes de Stevens al Willy (12kms) 26/abril/2014

Casas Grandes, Chihuahua, México

Por: Elías Ramos de Expediciones Paquimé y Alrededores
636-536-7215
expedicionespaquime@gmail.com


¡Ups! ya hubo el primer resbalón al cruzar el Rio sobre las piedras y alguien cae al agua, algunos se ríen, quien cae, se levanta con una sonrisa y dice “sin percances no hay aventura”.


El recorrido del sábado 26 de abril de 2014, es empezar a caminar justo debajo del Puente de Stevens y terminar en el Puente de Ejido Ignacio Zaragoza, mejor conocido como “El Willy”. Tan solo son 12 kms, así que no hay mucha exigencia física. La principal intención es disfrutar, por lo que no ibamos rápido.

Foto cortesía de Tillo.




El grupo lo componemos, primero las bellas damas: Adriana Palomino, Elia Renova y su hija Marijo; y por parte de los feos caballeros: Ismael Romero, Mauricio Varela, José Carlos González, Víctor Ramos y su servilleta, Elías Ramos.





Cuando íbamos por la carretera rumbo al Puente de Stevens, vimos un hermoso ejemplar de guajolote silvestre macho, bastante grande. Llegamos al puente y damos una última revisada a nuestras mochilas, si alguien quiere arrepentirse de caminar, hable ahora o calle para siempre.


La hora de reunión en Nuevo Casas Grandes, fue a las 6:30 am y empezamos a caminar a las 7:45 am, bastante fresca la mañana. Iniciando el recorrido nos detuvimos brevemente para observar un sitio con petrograbados estilo Paquimeíta.


Me da tristeza ver, que la pared ya está toda graffiteada, hace un par de años no lo estaba. El fácil acceso por carretera y la falta de cultura, ha contribuido el daño a este bello sitio.

Continuamos nuestro recorrido, al parecer María José nos quiere presumir que ha estado caminando 4 km diariamente, pues va a la delantera con paso bastante rápido.

Bastantes aves se escuchan y se ven, más que en otras ocasiones, creo que se debe a que el año pasado llovió bastante y propició a que hubiera más alimento para ellas, por lo tanto mayor índice de sobrevivencia. El hermoso “Chuin” (Mexican Jay o Chara de Pecho Gris) de color azulado se mira por doquier.









Nos encontramos con el primer rancho, un señor estaba calentando agua en una lumbre al aire libre, amablemente nos saluda y nos invita a que le acompañemos, le agradecemos y continuamos.





Admiramos los caprichos de la naturaleza, como el agua y el viento han hecho figuras en la roca al erosionarla.

Ante nuestra vista, están las primeras casas en acantilado que encontramos en nuestro recorrido, lugar donde vivieron los Paquimeítas entre el 700 y 1500 DC. Se ven parte de las paredes en la base del peñasco. ¿las pueden ver?

Nos encontramos con el segundo rancho, aunque no pasamos tan cerca como para ver si había gente. Un lugar muy bonito, sin duda se antoja para regresar y pedir permiso para acampar ahí.


Ya traemos hambre, así que decidimos hacer una parada técnica para almorzar. En esta ocasión llevo gorditas de horno amasadas con leche agria ¿las han probado?, también algunas piezas de pan casero de levadura. Todos nos ofrecemos mutuamente de lo que llevamos e intercambiamos comida ¿Trueque como el que hacían los indígenas? Terminamos de almorzar, se antoja una siesta, pero hay que seguir.



Apenas empezamos a caminar cuando un toro poco amigable está impidiendo nuestro camino, comienzo a arrimarme con la esperanza de que siga su camino, pero no, permanece allí. Solo se nos queda mirando, tras de mí pasan los demás y el toro ni se movió, aunque pasamos como a tres metros de distancia de el. Justo cuando Tillo pasaba, intentó tomar una foto, el toro hizo un movimiento de cabeza de manera retadora, con buen temple, Ismael continuó caminando tranquilo sin hacer movimientos bruscos.
Escuche el inigualable “gordo gordo gordo” de un guajolote, y bastante cerca de mí. Me voy caminando lento hacia el lugar de donde creí escuchar el sonido, cuando sale una cocona huyendo rápidamente de  unos cuantos brincos.


Cerca de donde vi la guajolota, vimos una cueva con casas de los Paquimeítas, aquí si aprovechamos y entramos, pues está relativamente fácil el acceso.

Tillo dice que la entrada parece un corazón. El amor, el amor…




A la entrada, del lado derecho, está un mortero, pequeño orificio donde los antiguos molían parte de sus alimentos, como el maíz.


 Continuamos con la exploración de la caverna, admirando la calidad de los trabajos en las paredes, el barro tan bien amasado, la capa exterior de la pared que es una especie como de “enjarre”, la cual es más dura que el interior, me da la impresión que tal vez esta cocida.




Nos despedimos de la cueva y nos damos cuenta que estamos ya muy cerca de la famosa Cueva de la Olla ¡ya hemos recorrido 8 kms! que rápido se pasó la mañana.

A nuestro lado derecho, esta un arroyo acantilado, decidimos entrar a dar una inspeccionada. Hermoso está este paraje
José Carlos ve una ardilla que está en una cueva, para salir tiene que pasar por donde estamos, Tillo aprovecha y le toma una serie de fotografías. La ardilla resulta ser toda una modelo coqueta, pues lejos de asustarse y salir huyendo, posa para el fotógrafo, se mueve de un lugar a otro lentamente y vuelve a posar, en lo que anduvimos allí, ella estuvo prácticamente muy cerca observándonos, todo un espectáculo apreciarla. Continuamos por el pequeño cañón, y al subir un cuesta queda frente a nosotros la Cueva de la Olla. 

Aprovecho el lugar donde estamos, para tomar de cerca una fotografía a la “piedra del águila”.
Se dice que esta figura, representa al águila devorando la serpiente. ¿Sería acaso, esculpida por los mexicas antes de llegar a Tenochtitlán?













Descendemos hasta el Río nuevamente, y aviso al grupo que voy a la caseta de vigilancia del INAH en la Cueva de la Olla, para ver si esta mi hermano. Víctor, no nos acompañó en el recorrido a pie, él nos esperó con la camioneta en la Cueva de la Olla, por si alguien del grupo a pie se sentía muy exhausto, allí tenía la posibilidad de abordar la camioneta. Platico un momento con Ramiro, uno de los guardias vigilantes de la zona arqueológica, me dice que en estos días pasados de semana santa, tuvieron una afluencia de unas 2500 personas entre el jueves y sábado. Poco menos de la mitad de lo que tuvieron en 2013, que fue de 6000 aproximadamente. Apunto mi nombre en la libreta de visitantes y la cantidad de acompañantes, el reloj marca las 11:50 am. Voy con Víctor, y le aviso que continúe hasta el puente del Willy, pues todos quisieron terminar el recorrido caminando.

Aprovechamos que estamos en la Cueva de la Olla, para visitar otras cuevas que algunos no conocen, como lo son la Cueva de la Golondrina con pintura rupestre de color blanco, mismas que dibujó Carl Lumholtz en sus apuntes, a finales de 1800; y la Cueva del Zorrillo que tiene una de las casas más conservadas del Valle de las Cuevas.



Rumbo a la Cueva del Zorrillo, por el arroyo se puede apreciar los gaviones o trincheras que hacían los Paquimeítas con la finalidad de que el agua descendiera más lentamente, y así, se filtrara al subsuelo, aprovechándola más eficientemente.
Arroyo con gaviones o trincheras

Cueva del Zorrillo
Ya solo nos faltan los últimos 4 kms del recorrido, nos entretuvimos bastante visitando las cuevas aledañas a la Cueva de la Olla.
Cueva vecina de la Cueva de las Golondrinas
A unos 500 mts al norte de donde desemboca el arroyo de la Cueva del Zorrillo, están unos manantiales, unos “lloraderitos” de agua entre un zacatal, algunos aprovecharon para tomar de esa riquísima agua.
Teníamos la intención de explorar un lugar denominado “Cañon del Diablo”, donde también hay cuevas con casas en acantilado, sin embargo se nos paso el lugar de entrada. Por lo que dejaremos pendiente esa explorada para la próxima.




Ya esta cercano el puente del Willy, mi hermano sale a nuestro encuentro, damos la última curva del Río y, vemos el puente y la camioneta que nos esperan. 

Hemos llegado al final de nuestro recorrido, no sin antes tomarnos la foto del recuerdo y como ya nos dio hambre de nuevo, ¡a comer!

De izquierda a derecha:
Elia, María José, José Carlos, Ismael, Mauricio, Adriana, Yo (Elías) y Victor
Camino a Nuevo Casas Grandes, aún por terracería vemos un grupo de por lo menos 12 guajolotas, nada mejor para despida de nuestro día en la sierra, siendo las 4:30 pm aprox.





martes, 22 de abril de 2014

EL DESASTRE DEL TÚNEL DE CUMBRE DE FEB DE 1914 Y EL SWITCH BACK 19 y 20/abril/2014

EL DESASTRE DEL TÚNEL DE CUMBRE DE FEB DE 1914 Y EL SWITCH BACK  19 y 20/abril/2014
Por: Elías Ramos de Expediciones Paquimé y Alrededores
636-536-7215
expedicionespaquime@gmail.com

El 4 de febrero de 1914 hubo un accidente dentro del Túnel viejo de Cumbre, existen tres versiones sobre quiénes fueron los responsables de este suceso; según la información que hemos podido recopilar, dentro del túnel chocaron dos trenes, uno de ellos, de carga ya se estaba incendiado al momento que entró la máquina 41 con los carros de pasajeros, esto hizo que estallara la caldera de la máquina de vapor, ocasionando un derrumbe, mas de 50 personas perdieron la vida, unos atrapados entre los escombros y otros calcinados.

Versiones de presuntos responsables de la catástrofe del Túnel de Cumbre
  •         Máximo Castillo. La empresa ferrocarrilera Noroeste de México, culpó al Gral Máximo Castillo de haber sido el autor intelectual y material, asegurando que Castillo exigía una cuota por permitir el paso del tren por la sierra, al no dar el pago, secuestro el tren, lo incendio dentro del túnel y al llegar el segundo tren en sentido norte-sur choca con el tren incendiado dentro del túnel y estalla la caldera. Máximo en sus memorias, siempre negó categóricamente haber sido el culpable.
  •          Manuel Gutiérrez. Un segundo presunto responsable es Manuel Gutiérrez, compañero de andanza de Máximo Castillo. Cuando sucedió el desastre de Cumbre, Castillo afirmó que el se encontraba cerca de Estados Unidos y que Gutiérrez se había quedado en la región cercana al túnel.
  •         Los Bolillos. Una tercer versión contada por los ferrocarrileros ancianos, que a su vez la escucharon de sus padres, es que los revolucionarios no fueron quienes ocasionaron la explosión en el túnel, sino que un error de los estadounidenses (los ferrocarrileros mexicanos les decían “bolillos”) ocasionó el choque de las máquinas. La mayoría de los empleados en puestos superiores de obrero, generalmente eran norteamericanos. por supuesto que jamás aceptarían que un error de ellos había causado tantas muertes, de manera que aprovechándose de la Revolución, culparon a Máximo.                                                                                      Otra variante de esta versión, es que un grupo de Revolucionarios estaban en el portal sur del túnel, y dentro del túnel estaba el otro tren, con la máquina orientada de norte a sur. Los revolucionarios vieron que iba llegando otro tren en dirección sur a norte, y ellos al saber que la otra máquina estaba dentro, le hicieron señas al maquinista para que se detuviera, más este no lo hizo y chocó con la máquina de vapor que estaba dentro. Y por supuesto, hay muchas interrogantes que quizá jamás sean resueltas... ¿que hacía la máquina dentro del túnel? ¿por que el maquinista del tren que venía de sur a norte, no supo que estaba la otra máquina, si tenían buen sistema de comunicación?... a estas preguntas, para las respuestas, sólo supocisiones

Según el reporte de daños en cuanto a los trenes, el costo fue de $157,174.03 pesos. Esto por la destrucción de las maquinas No. 41, 754 y 755; un caboose, 22 carros para ganado, un carro cocina, un carro plataforma, un carro caja, un carro de equipaje, un carro de pasajeros de segunda clase, un carro de pasajeros de primera y  un carro de negocio.

En marzo de 2013 me contactó el fotógrafo Michael Torrington para llevarlo a visitar todos los túneles de ferrocarril, ubicados entre Madera y Mata Ortiz, 13 en total. Hicimos gran amistad, viniendo dos veces más en 2013, la última, nos comentó acerca de haber encontrado información de un ZigZag ubicado cerca del túnel de Cumbre.
El derrumbe del túnel de Cumbre en 1914 impedía el paso del ferrocarril entre Madera y Pearson (hoy Mata Ortiz), por lo que la compañía construyó un desvío para rodearlo. Aprovechando el Ramal al Monte (después llamado Ramal Bosques de Chihuahua), en el Km 16 se inició con el desvío y se unió a la línea troncal en el km 352.6, este punto de unión está ubicado entre Estación Chico y Estación Cumbre. En el trayecto del desvío, hay una pendiente bastante empinada, por lo que fue necesario trazar parte del trayecto en forma de ZigZag o Switch Back, esto implicaba que el tren debe descender o ascender la montaña mediante una serie de cambios, es decir, entrar a una espuela de frente, hacer cambio de vía y descender de reversa, entrar a otra espuela, hacer cambio de vía y descender otro poco de frente, y así, hasta llegar al nivel deseado.

ZigZag del Ferrocarril Noroeste de México, en Chihuahua



El costo de reparación del túnel y, construir y levantar el desvío ascendía a $597,176.11 pesos
Después que Michael nos platicó acerca del ZigZag, empezamos a investigar con ex-ferrocarrileros y personas que hubiesen vivido o andado cerca del túnel. Reunimos las pistas, y el fin de semana 19 y 20 de abril de 2014, nos dimos a la tarea de ir a localizar el Switch Back, fuimos Michael Torrington, Alberto Godina, José Alberto Carreón, Iris Carreón y un servidor, Elías Ramos de Expediciones Paquimé y Alrededores. El sábado, aproximadamente a la 1 pm, encontramos lo que parecía ser parte de nuestro objetivo; nos bajamos de la camioneta para inspeccionar detenidamente y vimos algunos fragmentos de lo que fue la vía, por lo que no había ya ninguna duda de que estábamos sobre el zigzag ¡construido hace 100 años!
De Izq a Der:
 Michael Torrington, Pepe Carreon, Alberto Godina y Elías Ramos
En diciembre de 1920 se terminó de reparar el túnel, y el tren empezó a circular por el trazo principal nuevamente, entre enero y febrero de 1921. De modo que ya no fue necesario seguir utilizando el desvío, por lo que en 1924 se levantó toda la vía.
Interior del túnel de Cumbre
Sin embargo, el ZigZag se continuó utilizando, aunque esta vez no por el tren, sino por los automóviles y camiones que iban de Estación Chico a la Mesa del Huracán y viceversa.

Al momento de redactar el presente artículo, no he encontrado información de que se haya hecho un trabajo similar en todo México.

Agradezco a mi buen amigo Javier Pedraza, por prestarme su troca para el recorrido.

Parte del ZigZag

Pieza metálica del desvío

Espuela del ZigZag, cubierta completamente de vegetación

Espuela del ZigZag

Espuela del ZigZag

Parte del ZigZag

Parte del ZigZag

Parte del ZigZag

Lugar donde se une el desvio a la linea troncal

Lugar donde se une el desvio a la linea troncal